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martes, 4 de diciembre de 2012

NO TE APRESURES.

El martes pasado, comenzábamos, con lo que van a ser una serie de consejos para evitar problemas y accidentes en montaña y que también, se pueden aplicar en el día a día. Si el otro día la máxima era : Percibe, cree y, luego actúa. Hoy podría ser:

Evita el comportamiento impulsivo; no te apresures. Las catecolaminas son un arma de doble filo. Te dan fuerza cuando necesitas esa ráfaga de energía (conozco un hombre que levantó el coche que le estaba aplastando una pierna a su hija tras un accidente). Pero también puede excitarte hasta el punto de llevarte a hacer mal las cosas. No seas el esquiador que atraviesa una ladera expuesta a aludes simplemente porque hace un día muy bonito y la belleza resplandece.
En una ocasión, conocí a un alpinista de élite con más de treinta años de experiencia. Me contó que en su última expedición a Pakistán saltaba a la vista que las condiciones no eran las adecuadas. Habían intentado la vía y una caída de piedras les había cortado la cuerda. Él estaba inquieto y la cosa le olía mal.No quería ir, pero su compañero insistió. El caso es que intentaron otra vía y, una vez metido en ella, se olvidó de todo, como un perro que persigue a una pera en celo. Se olvidó de su decisión de ser cuidadoso.
-A tomar por culo, vamos allá-se dijo.
Ni siquiera cogieron material para vivaquear. Lo curioso, me dijo, es que volvería a hacerlo, y se reía incapaz de explicarse cómo alguien con tantos conocimientos y experiencia pudo haber hecho algo tan insensato.
-Por suerte, en los últimos ciento veinte metros nos quedamos sin material y no había manera de fijar la vía, así que tuvimos que darnos la vuelta a seis mil metros. Nos ahorramos el tener que pasar allí la noche.

Incluso los deportistas de élite tienen que pelear por encontrar equilibrio y control emocionales. Ellos también deben corregir sus trayectorias a medida que avanzan. Cometen grandes errores, o errores pequeños que tienen grandes consecuencias. Lo que separa a los vivos de los muertos es la capacidad para ver el error y adaptarse, una determinación de regresar al camino. Todos los entornos, por exigentes que sean, permiten pequeños traspiés, si adaptas tu comportamiento y actúas de manera adecuada dentro de ciertos márgenes de tiempo.

En el mundo de Trail running, vemos imagenes todos los días, de profesionales corriendo por lugares espectaculares, crestas con caída al infinito y zonas de roca realmente exigentes. Pero no olvides que son eso, profesionales. No te apresures, estudia el terreno y ten control.



2 comentarios:

  1. Muy buenos consejos, intentaré hacer caso de ellos :)

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  2. Tanto el miedo como la confianza son malos compañeros si se abusa de ellos.
    Con los pies en el suelo amigos.

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